dimecres, 11 de juny del 2008

¿Humo o ilusión?

Tienen razón sus críticos. Obama es un gran vendedor de humo. También los magos utilizan a veces el humo para crearnos una ilusión, para que creamos en algo que vas más allá de nuestra realidad. En nuestras manos está querer participar del juego abiertamente, dispuestos a asumir la ilusión o, por el contrario, obsesionarnos en querer descubrir el truco.

Y es que la gran cualidad de Barack Obama, este hijo de padre keniano y madre de Kansas, nacido en Hawai y criado en Indonesia, es su capacidad de generar ilusión en un país ávido de esperanzas tras una etapa gris protagonizada por George W. Bush. Sólo hay que repasar por unos instantes algunos de sus discursos. No vayamos muy lejos, veamos rápidamente que lenguaje utilizó en la reciente alocución en la que se proclamaba candidato demócrata a la Casa Blanca. “Hoy acaba una travesía histórica y comienza otra, una travesía que traerá un nuevo y mejor día para Estados Unidos”, espetó justo antes de anunciar su elección. Ciertamente, no hay concreción en sus palabras. Pura metáfora, aparentemente vacía de contenido.

Pero es el lenguaje que el público necesita. Como un clásico predicador, Obama apunta directamente a la emoción de los asistentes. Su tono, sus palabras, su mirada al horizonte crea la sensación común de que todo es posible. Su lema, ‘yes, we can’ juega precisamente con ese posibilismo. Y aunque, sí, vende humo, da a la política aquello que debería constituirla: su capacidad de cambiar los destinos colectivos. Contra los proyectos de circunstancias, del día a día, que se dejan llevar según los mueve la propia realidad, la política se reconcilia gracias a Obama con la posibilidad de poder transformar esa misma realidad. Y eso la gente, aunque no lo pensemos, lo sabemos.

Lo ideal (¿Existe tal cosa?) sería que tras el humo, apareciera algo concreto. Aceptarán que haya truco, pero exigirán que éste no falle a última hora. En definitiva, que Obama, en el caso de que llegue hasta al final de su carrera, no desilusione a millones de personas que han creído en él y en su capacidad casi mesiánica de guiar una ilusión de transformación. Veremos… Aunque cabe la sospecha, merece el beneficio de la duda, además del aplauso para quien es capaz de coger las riendas de un proyecto colectivo. ¿Un nuevo líder?

2 comentaris:

Enric Tomàs ha dit...

Efectivament és un lider i un paio amb molt carisma. Però abans que res és president d' EE.UU., i com a tal actuarà si guanya les ereccions.
Bon retorn a la blogosfera.

Jaume Pi ha dit...

Será o no será president dels EE.UU., no ho sé. Tampoc sé si el fet de ser president dels EE.UU. és negatiu o positiu per sí mateix.
En tot cas, mereix el benefici del dubte, insisteixo...